Practicar los buenos modales en las visitas es fundamental, en este artículo hablaremos acerca de ello y como fomentarlos en el aula.
¡Importancia de los buenos modales en las visitas!
La práctica de los buenos modales se realiza en casa, pero en las escuela es posible reforzarlos. Muchas veces los estudiantes no cuentan con condiciones adecuadas en sus hogares, debido a problemas de económicos, violencia, espacio reducido, el vivir en zonas de pobreza multidimensional, entre muchos otros. Sin embargo, la existencia de condiciones favorables, no es garantía de su realización. A veces el propio niño puede enseñar al adulto y convertirse en agente multiplicador. Por ello en este artículo realizamos una lista de los principales criterios para la práctica de los buenos modales sobre todo en las vistas, con el propósito de poder elaborar instrumentos de evaluación que nos permitan ponerlos en práctica.
A continuación, se detallan algunos ejemplos de buenos modales en las visitas:
1. Al llegar a un lugar:
Cuando se trata de amigos o familiares las visitas pueden realizarse de manera espontanea, aunque siempre es buena idea avisar que se realizará la visita. De esta forma se permite a la persona el prepararse y poder atender de una mejor manera. Evita siempre ¡llegar en destiempo!.
En muchos hogares se cuentan con niños, mascotas, algunos realizan actividades comerciales por lo que el lugar puede no estar en las mejores condiciones y esto puede representar una incomodidad para el dueño del lugar.
Se debe evitar también llegar con las manos vacías y por sobre todo en horarios de comida, no podemos disponer de los recursos de las demás personas a menos que estos nos lo ofrezcan o inviten a la mesa. No se debe estar “tocando las cosas sin permiso“, abrir el refrigerador, tocar el control de la televisión, etc.
¡Otros aspectos a tomar en cuenta!
Existen muchas otras situaciones que pueden presentarse, por ejemplo en caso de condiciones climáticas adversas. Ofrecer un paraguas, consultar durante el viaje, da un sentimiento de seguridad a la persona, recordando siempre que debemos atender a los demás como nos gustaría ser atendidos.
Otros aspectos como: tocar la puerta antes de entrar, en algunas ocasiones “quitarse los zatos para evitar ensuciar“, “pedir permiso para ir al baño“. Cuando se trata de un hogar nuevo, evitar sentarse sin que la persona se lo ofrezca, dar las gracias.
Evitar hacer visitas prolongadas, es de muy mala educación de parte del visitante extender la visita. Se debe tomar en cuenta que la persona necesita realizar otras actividades de carácter personal y que no podemos anteponer nuestro tiempo por el de la persona.
2. Recibir una visita:
Cuando somos los anfitriones debemos tener presente el trato que le daremos a nuestro “invitado“. Claro esta que no todas las personas que nos visitas son invitados. A nuestra puerta pueden llegar personas a ofrecer algún tipo de mercancía, dejar una encomienda, etc. Los niños deben tener presente “el evitar el paso a desconocidos” e informar también cuando se trata de algún familiar.
Es descortés hacer esperar a nuestros invitados, sobre todo cuando la visita fue informada con anticipación.
Saludar a la persona en la entrada, si va a quedarse, invitarle a dejar sus pertenencias. Es preciso dejar las actividades que se están realizando al menos que sean de vital importancia. Invitar a la persona a sentarse o ponerse más cómodo. De ser posible ofrecer algo de tomar o comer.
¡Otros aspectos a tomar en cuenta!
Una regla básica que puedes tener en presente, es “tratar a tu visita como te gustaría ser tratado“. Ofrecerle algo de tomar, invitarle a la mesa. Si la persona por situaciones fortuitas llega al momento de la comida, es cortés invitarle a la mesa. Muchas veces la persona puede rechazar el ofrecimiento indicando que ya había comido con anticipación y dar las gracias. También, puede ofrecer una excusa e indicarle al anfitrión que no debe preocuparse o aceptar solo en caso de que este insista.
Si se trata de un amigo, la persona puede tener interés en conocer el hogar. Puedes invitarle a pasar, siempre y cuando tengas el espacio preparado, en zonas como la sala, cocina, terraza, el patio o lugares donde te guste pasar el tiempo. Evitando el acceso a zonas privadas del hogar.
Muchas personas en su hogar cuentan con objetos o pertenencias que reflejan un poco sus gustos o costumbres, los cuales pueden servir para temas de conversación. Finalmente “acompañar al invitado” una vez se retire del hogar.